miércoles, 16 de febrero de 2011

FAUSTO (C. Gounod)


El gestionar una temporada estable de ópera tiene que resultar muy difícil: deben compaginarse los presupuestos establecidos- derivados de los ingresos monetarios- con los honorarios de los cantantes y el coste de las producciones.

Suponemos, seguramente con acierto, que la crisis ha llegado también a la ópera y será una tarea de titanes el administrar los recursos disminuidos sin que se perjudique la calidad artística.

Esta situación, que puede ser nueva para los grandes teatros del país (Real, Maestranza, Palau de les arts e incluso Liceu), no lo es en absoluto para ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera), que siempre ha gestionado un presupuesto escaso con el que, sin embargo, se arreglan, sencilla y llanamente porque no tienen más remedio.

La problemática se agrava, más para unos que para otros, con las cancelaciones o sustituciones de cantantes, que pueden producirse por motivos diversos. Volvemos a lo mismo, los grandes ya tienen prevista esta circunstancia y contratan a “cantantes recambio”.

Pero ¿Y la ABAO? La respuesta es que no hay dinero para tanto salvo en circunstancias muy especiales. ¿Cómo se arreglan? Encargando a la Comisión Artística que busque rápidamente un posible sustituto.

Como dato curioso decir que contando desde la temporada 1999/2000, ha salido una media de prácticamente seis cancelaciones, es decir, casi una por título. Sobre esto quizás hablemos con más profundidad en otro momento.

Y sin embargo la ABAO se siente orgullosa de decir que nunca ha cancelado una función de sus casi sesenta temporadas, aunque haya tenido que recurrir a circunstancias peregrinas como el de una “Traviata”, cantada en el primer acto por Juan Pons y en el resto por Roberto Servile, que precisamente estaba viendo la representación, ajeno, en principio, al embolado en que le metieron.

De sustituciones vamos a seguir hablando, en este caso de la Margarita de ”Fausto” en el Teatro alla Scala de Milan. La protagonizó IIeana Cotrubas, soprano suficientemente famosa hoy en día pero cuando ocurrió la anécdota estaba empezando [1].

La representación era para un lunes y el viernes anterior enfermó la titular y también la posible sustituta, por lo que hubo de buscarse un segundo recambio fuera de Italia al no ser posible encontrarla en el país.

Llamaron a la casa de la Sra. Cotrubas en Glyndebourne pero ella estaba haciendo la compra en Londres y su marido había ido al baño, por lo que ninguno de los dos pudo contestar.

Cuando finalmente consiguieron ponerse en comunicación, su esposo le preparó la maleta y se dirigió a Londres para encontrarse con ella. Llegaron al aeropuerto justo a tiempo de tomar el último avión a Milán. Pero fue cancelado por niebla.

A la mañana siguiente, es decir el sábado, todos los vuelos fueron anulados por la misma causa. Se ubicaron en un hotel vecino a esperar a que despejara. En la madrugada del domingo, el cielo estaba limpio pero ahora el problema se centraba en Milán, también por niebla.

El lunes, día del espectáculo, solucionado el problema, pudieron llegar a Milán. Cuando aterrizaron, encontraron una serie de automóviles con el síndico, el director y el escenógrafo.

Recorrieron el camino hacia el teatro con poco transito y aún pudieron, por una sola vez, recordar los pasajes más difíciles. A continuación la Cotrubas se puso el vestido y se fue a escena sin un momento de reposo.

La representación resultó todo un éxito pues fue llamada al palco escénico veinticuatro veces. Como dice el refrán, más vale llegar a tiempo que rondar un año.

[1] Sacado del libro “Disastri all’opera” de Hugh Vickers.

EL ARGUMENTO
Fausto, hombre de ciencia desengañado y cansado de la vida, va a suicidarse. Se le presenta el diablo (Mefistófeles) que hace aparecer la visión de una hermosa mujer hilando en la rueca.

El maligno promete rejuvenecerlo y conseguir el amor de la dama a cambio de su alma. Es aceptada la proposición y, al instante, Fausto se transforma en un apuesto joven.

Mefistófeles va a una feria donde, entre estudiantes, muchachas, soldados y otras personas, realiza una porción de proezas mágicas, hasta tal punto, que todos se dan cuenta de que es el demonio y lo ahuyentan con la cruz de las espadas.

Valentín se lamenta de que tiene que ir a la guerra y dejar sola a su hermana Margarita. Llega Fausto y se da cuenta de que ella es la muchacha que vio aparecer en la visión. Se ofrece a acompañarla; pero se ruboriza y no acepta, ya que se estima de categoría social inferior a él.

El joven Siebel, enamorado de Margarita, prepara un ramo de flores. Cada flor que toca se marchita. Hasta que, sospechando que en ello intervenga arte diabólico, moja los dedos en agua bendita y se deshace el encantamiento. Coloca el ramo de flores junto a la puerta de su amada.

Mefistófeles entrega a Fausto unas joyas para que obsequie a Margarita. Las joyas quedan junto a la puerta de la casa, al lado del ramillete de Siebel. Sale Margarita y se recrea con las flores y las joyas.

Marta, una amiga y vecina, llega cuando aquélla se ha puesto las joyas. Se presentan Mefistófeles y Fausto. El primero dice a Marta que le trae noticias de su marido, que ha muerto en tierras lejanas, y empieza a galantearla para que Fausto pueda dedicarse a Margarita.

Pasean por el jardín, y pronto se juran amor eterno. Margarita se retira; pero poco después se asoma a una ventana y expresa su afán de que acabe pronto la noche para ver nuevamente a Fausto. Mefistófeles ríe por haber alcanzado su objetivo.

Ha pasado un año. Fausto ha seducido y abandonado a Margarita. Sólo Siebel continúa siéndole fiel. Margarita busca refugio en Dios, y reza para consolarse. Mefistófeles le sugiere ideas de desesperación.

Vuelven los soldados victoriosos y también Valentín que se entera de la desgracia de Margarita. Hay una lucha entre Fausto y él, en la que, con ayuda del maligno, acaba matando al hermano de Margarita, que muere maldiciéndola.

Margarita ha perdido el juicio y ha matado a su hijo. Se encuentra en una prisión, condenada a morir. Entra Fausto, que propone la fuga a Margarita. Ésta reconoce a su amante; pero no se da cuenta de la situación, y se dedica a recordar los felices momentos de sus amores.

Llega Mefistófeles y, horrorizada, Margarita pide a Dios perdón y salvación. Se desespera Mefistófeles porque Fausto no se haya llevado a aquélla. Pero la muchacha ve ya un coro de ángeles, que se llevan su alma al cielo, y Fausto, desesperado, desciende al abismo con Mefistófeles.

NOTA: Basado en la web la ópera de Hispaópera

EL AUTOR
El compositor francés Charles Gounod (1818/1893), nació en el seno de una familia de artistas. Se quedó sin padre muy pronto y su madre, que era pianista, deseó que hiciera leyes pero él se doctoró en filosofía y luego eligió la música, estudiando en el Conservatorio de París con Halévy, Lesueur y Paër.

A los veinte años ganó el Premio de Roma, que le permitió estar tres años en esa ciudad y viajar por Europa. Allí se vio influido por el ambiente religioso, decidiendo abrazar la carrera eclesiástica. Pero al regresar a París abandonó pronto el seminario, para dedicarse a la música, especializándose en ópera.

En 1851 pudo estrenar su primera obra importante (“Sapho”), aunque con poco éxito. También pasaron relativamente inadvertidas “La nonne sanglante (La monja sangrienta)” y “Le médecin malgré lui (El médico a su pesar)”.

A los cuarenta y un años de edad tuvo un éxito rotundo e internacional con su “Fausto”. A destacar también “Mireille” (1864) y sobre todo “Roméo et Juliette” (1867) que fue el mayor triunfo de su carrera de operista.

Después de ésta última, sus restantes intentos carecieron del suficiente éxito para quedar incorporados al repertorio internacional.

Además de las óperas compuso: dos sinfonías, algunos oratorios, la misa de Santa Cecilia, y varias obras religiosas de la etapa final de su vida.

Dicha etapa estuvo alterada por amoríos maduros con una cantante inglesa que conoció en Londres, a donde huyó de su esposa y de las convulsiones sociales que siguieron a la caída del segundo imperio,

Gounod es considerado uno de los grandes compositores franceses que, hoy en día, debe su prestigio a “Fausto” y, en menor medida, a “Romeo y Julieta”. Fue un hábil orquestador, un músico de notable buen gusto y orientado especialmente, en su última etapa vital, hacia la música religiosa.

LA OPERA
Los autores del texto de “Fausto” fueron Jules Barbier y Michel Carré que procedían del mundo de la ópera-cómica, la opereta y la comedia sentimental. A partir de esta ópera, su prestigio aumentó y se convirtieron en los libretistas habituales de Gounod.

Desde el punto de vista formal, su labor puede considerarse como aceptable pero totalmente inadecuada para el desarrollo de temas literarios de valor universal.

Hay que reconocer, no obstante, a estos escritores, cierta gracia en la distribución de las escenas, habilidad versificadora y capacidad para dar la mayor variedad escénica al argumento escogido.

Pero es indefendible la orientación totalmente sentimental que dieron al drama de Goethe. Tanto es así que hoy en día en Alemania, cuando se representa, prefieren llamarla “Margarita” por ser este episodio el único que se contempla en la obra.

Esta banalización del drama sólo fue posible en la época del Segundo Imperio, donde privaban los valores burgueses. Además hay un desplazamiento del interés argumental hacia una concepción católica de lo que le sucede a Margarita, fruto, naturalmente, de las presiones del músico sobre sus libretistas.

No obstante lo cual, no puede negarse ni el interés de la obra ni la habilidad de Gounod. Pero había que hacer constar que la ópera tiene mucho que ver con la ideología del músico y la inmensa mayoría de gente a la que iba dirigida y, poco o muy poco es lo que refleja de la obra original de Goethe.

Gounod concibió su “Fausto” como ópera-cómica con diálogos hablados y para un teatro de nivel medio que acogía un tipo de ópera de vuelos un poco más altos de lo habitual.

El estreno tuvo lugar el 19 de marzo de 1859 en el Teatro Lyriche de París y aunque siguió en cartel bastante tiempo, no pudo hablarse de éxito importante. Pocos meses después pasó a Estrasburgo y se convirtieron los diálogos en recitativos orquestales. A partir de entonces siguió una carrera lentamente ascendente hasta que fue conocida en toda Francia.

Poco a poco creció su prestigio hasta que La Ópera de París decidió ponerla en escena y para ello exigió del autor la reconversión a grand-opéra con los correspondientes cinco actos y un gran ballet espectacular (“la noche de Walpurgis”).

Reestrenada de este modo, alcanzó su éxito definitivo hasta tal punto que era título seguro en cada temporada. En 1887 alcanzó las quinientas representaciones, en 1894 las mil, las mil quinientas en 1912 y las dos mil en 1934.

Su presencia en el Teatro de La Ópera llegó a ser excesiva, desequilibrando el repertorio francés. Pero no era sólo Paris: “Fausto había llegado a lugares tan distantes como Filadelfia, San Petersburgo y un largo etcétera.

Se ha traducido a numerosos idiomas como el flamenco, sueco, portugués, italiano, polaco, danés, croata, esloveno, rumano, inglés, finlandés y ruso, entre otros.

Como causa de este éxito mundial pueden apuntarse la fuerza del mito y la elegancia y personalidad de una serie de melodías, equilibradamente repartidas, estructuradas de forma independiente y con pasajes cerrados.

Además tiene varias de las virtudes que siempre distinguieron a la ópera francesa: variedad, relativa brevedad de sus arias, que alternan con números de conjunto, con una melodía atractiva y fácil de memorizar. Otra de sus cualidades es la orquestación que tiene reflejos mozartianos.

LOS PERSONAJES
El “Fausto” de Gounod trata de la pérdida general de valores con un único personaje realmente positivo, el hermano de la protagonista, un pequeño burgués de miras estrechas.

El amor entre Fausto y Margarita, que está lleno de sentimentalismo, ha sido el fruto del poder demoníaco, por lo que va a evolucionar en pecaminoso y manchado de sangre.

La obra trasmite la idea de que el mundo, por definición, es corrompido y en esto coincidía con las experiencias cotidianas de la gente de la época de Napoleón III.

En la ópera hay tres personajes de primer rango (Fausto, Margarita y Mefistófeles) y otros dos con importante papel (Valentín y Siebel).

En el nivel máximo se halla Fausto, de carácter lírico puro. Se considera incluso que es el primer gran papel de tenor lírico de la historia. Esta fórmula, conserva la suavidad de emisión y la facilidad en los agudos, combinada con un cierto cuerpo en la voz.

Dramáticamente aunque la figura de Fausto es la principal, en la ópera queda desplazada. Su personalidad está marcada por la dualidad: por un lado es el desencadenante de los trágicos acontecimientos y, de otro, tiene sentimientos sinceros hacia Margarita. Es un héroe problemático pues aunque detesta las dañinas maquinaciones del maligno, no hace nada para remediarlas.

Margarita, la soprano, es también lírica, aunque tiene pasajes de coloratura. En ella se centra la obra pues únicamente presenta el cambio de un alma pura, sensible e inocente, que es tentada por el amor con consecuencias trágicas, pero con glorificación final.

En principio, no es una heroína, es más bien una niña que vive aislada en la atmósfera asfixiante de una ciudad de provincias, idealizada por su hermano como si fuese un ángel.

A pesar de su gran religiosidad, tiene las fantasías propias de una muchacha joven y por eso se entrega, sin remordimientos, a las primeras experiencias amorosas.

Pero cuando Margarita reconoce lo demoníaco que hay en Fausto, se enfrenta a un dilema: la virtud y el pecado luchan en su alma desgarrada. Sin embargo, esto no llega a destruir al personaje ya que acaba glorificada con la intervención de ángeles.

Mefistófeles es propiamente un papel de bajo y requiere grandes dotes de actor y moverse en escena con naturalidad. Plantea además grandes exigencias vocales con potencia y flexibilidad. Las notas graves no son demasiado profundas pero tienen que tener cuerpo.

El diablo, en esta obra, actúa como un cantante que aparece por error en una ópera lírica. En campo de acción más adecuado para él sería la ópera-cómica y allí encontrara un marco más adecuado para su figura de maligna elegancia. No parece un demonio es, más bien, un pícaro con inclinación hacia la caricatura.

En la posición destacada que sigue a los protagonistas, se encuentra Valentín representado con voz de barítono de tesitura elevada. Este pequeño burgués, hermano de Margarita, es obligado a ir a la guerra y muere maldiciendo a su hermana a manos de Fausto, que estaba amparado por el diablo.

El otro papel destacado es el de Siebel, cantado por una mezzosoprano aunque algunas veces lo hace un tenor. No es un papel muy extenso y la costumbre suele reducir su segunda aria con lo que todavía se disminuye aún más. Rol no muy agradecido para los cantantes que tienen con él pocas posibilidades de lucimiento. Dramáticamente representa a un muchacho adolescente, enamorado de Margarita.

EL MITO DE FAUSTO
Los mitos de “Fausto” y el “don Juan”, están muy arraigados en todas las culturas y quizás sean los que más influencia han tenido, tanto en literatura como en música.

Lo curioso del Fausto, es que arranca de un personaje histórico llamado Johann Faust (1480/1540), de profesión alquimista que nació probablemente en la ciudad de Knittlingen, situada en el actual Estado alemán de Baden-Wurtemberg y se dice que murió por una explosión durante un experimento con sustancias químicas.

En torno a él empezó a crecer un sentimiento colectivo de que había vendido su alma al diablo y esto arraigó en las leyendas populares. En 1587 el editor Johann Spies, de Frankfurt, publicó un libro de autor anónimo, subtitulado “De cómo el doctor Faust, hechicero y mago, vendió su alma al diablo”. Esa fue la primera manifestación escrita del mito.

Tan sólo algunos meses después de haber sido publicado, se preparó en la ciudad de Tubinga una versión rimada: había sido tan grande el éxito comercial que otros quisieron aprovecharse. No obstante, la publicación fue un fracaso y no obtuvo demasiada respuesta por parte del público.

En 1592 el dramaturgo Christopher Marlowe escribió el drama “The Tragicall History of Dr. Faustus”, basado en la traducción inglesa de la historia. El enciclopedista y escritor alemán Gotthold Ephraim Lessing fue el primero en pensar que el personaje se redimiera, en un drama del que sólo se conoció un fragmento en 1760.

Ese mismo rumbo tomó Goethe en su célebre Fausto. La primera parte de este poema dramático salió a la venta en 1808; la segunda se publicó póstumamente en 1832. La obra de Goethe es probablemente la más influyente de toda la tradición fáustica, así como una de las cumbres de la literatura alemana.

Algunos de sus temas fundamentales son la juventud eterna, la libertad, la salvación a través del eterno femenino (representado sobre todo por Margarita al final de la obra), las relaciones entre el bien y el mal, la moral, los límites de la naturaleza humana, etc.
En 1816 ya aparece la primera ópera importante basada en el tema y debida a Ludwig Spohr. En 1829, el escritor alemán Christian Dietrich Grabbe publica “Don Juan und Faust”, obra de teatro en cuatro actos en que hace coincidir estos dos personajes de la literatura universal, que representarían, respectivamente, el espíritu mediterráneo y el espíritu nórdico.

En 1831, Richard Wagner compuso siete canciones para la primera parte del Fausto de Goethe.

Berlioz y su libretista, Gerardo Gandonniere, decidieron en 1846 que Fausto se quedara en el infierno a cambio de la salvación del alma de su amada Margarita, ambigua escena en la que puede entenderse que el mago de todos modos se redime.

En 1859, Charles Gounod compuso la ópera de la nos estamos ocupando. En 1866, el poeta argentino Estanislao del Campo escribió su Fausto criollo.

El musico y libretista Arrigo Boito en 1875 hace la opera Mefistófele, que tambien esta basada en el Fausto de Goethe. Es la otra gran obra musical sobre el tema con mucha mayor fidelidad al original.

En 1925 Ferrucio Busoni, hizo su especial aportación con una ópera que ha sido representada con cierta frecuencia. En 1947, el escritor Thomas Mann publica la novela “Doktor Faustus”. Los escritores Heinrich Heine y Paul Valéry también se ocuparon de él.

En 1975, el grupo Queen lanza el álbum "A Night At The Opera" en donde recuerda al mito en “Bohemian Rhapsody”.

En 2003 el grupo de powermetal, Kamelot, edita un disco que narra la historia de Ariel y Mephisto, basada en la obra de Fausto, en su álbum "Épica", la cual encuentra su continuación en 2005, con la publicación del álbum "The Black Halo", planteando un final alternativo orientado a la redención del protagonista.

Como puede verse, el mito todavía “colea” aún en nuestros días, pues sigue inspirando tanto a compositores como literatos.

NOTA: Entresacado de Wikipedia

FRAGMENTOS DESTACADOS
1.- Coro
: “Vin ou bière (Vino o cerveza)”. Es una escena popular y alegre de la fiesta de la cerveza alemana. El coro inicia el canto con energía y vitalidad y Wagner, el discípulo de Fausto, canta continuando el tema. Un aire marcial predomina en toda la pieza y la intervención de una trompeta refuerza este aspecto entre militar y festivo.

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2.- Valentin: Escena, Recitativo y Aria. “O sainte médalle….. Avant de quiter ce lieux (Oh santa medalla… Antes de abandonar estos lugares)”. El barítono aparece iniciando el recitativo. Una hermosa introducción orquestal nos lleva al aria, una de las piezas realmente memorables, por su carácter intenso, su melodía bien torneada y la delicada instrumentación que le acompaña.

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3.- Mefistófeles: “Ronde du veau d’or (Rondó del becerro de oro)”. Se inicia con un tema circular que intenta dar el adecuado carácter diabólico a la intervención del diablo. Adquiere, en algunos momentos, un aire de indudable tarantela.

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4.-Vals y Coro: ”Ainsi que la brise légere- (Al igual que la brisa ligera)”. Uno de los números más populares de la ópera. Mientras suena un airoso vals, el coro canta unas frases rítmicas, quedando la melodía principal en la orquesta.

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5.- Fausto:Recitativo y Aria. “Quel trouble inconnu me pènétre….Salut! demeure chaste et pure- (Que desconocida turbación me invade......Salud, morada casta y pura)”. Fausto siente la llamada del amor y la expresa en sus frases iniciales, con el apoyo de una orquesta suavemente expresiva. Luego manifiesta su respeto a la casa con una delicada melodía.

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6.- Margarita: Canción, Recitativo y Aria de las joyas. “Il etait un roi de Thule……. O dieu que de bijoux..... Ah! Je ris de me voiNegritar- (Erase un rey de Thule...... Oh dios que de joyas….. Ah me río al verme)”. La canción tiene un sabor antiguo y evocador que contrasta con el recitativo que sigue. Aria ligera, llena de pequeños pasajes de coloratura, con trinos, escalas y otros adornos que resultan difíciles para una soprano lírica. Esta “aria de las joyas” es, probablemente, el punto más esperado y famoso de toda a obra. Divulgado en toda clase de recitales, ha pasado incluso al comic con la “Castafiore” de “Tintín”.

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7.- Coro de soldados: “Gloire immortelle de nos aleux- (Gloria inmortal de nuestros antepasados)”. Pasaje marcial de aspecto notablemente verdiano y que es otro, de tantos, puntos más destacados por su popularidad. La parte central, suave y evocadora, deja paso a una efectiva repetición del tema inicial.

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DISCOGRAFÍA
Para el AUDIO nos quedamos con éste:
Faust - Charles Gounod
Año de grabación: 1953
Director…………… Andre Cluytens
Faust ……………. Nicolai Gedda
Méphistophélès ... Boris Christoff
Valentin ………… Jean Borthayre
Siebel…………… Martha Angelici
Marguerite ……… Victoria de los Angeles
Orquesta y Coro… Opéra de Paris
Grabado en estudio
Emi

Y para el VÍDEO, podría ser éste:
Faust - Charles Gounod
Año de producción: 1985
Director …………… Erich Binder (1985)
Faust ……………… Francisco Araiza
Méphistophélès …. Ruggero Raimondi
Wagner …………… Alfred Sramek
Valentin ………….. Walton Groenroos
Siebel ……………. Gabriele Sima
Marguerite ………. Gabriela Benacková
Marthe …………… Gertrude Jahn
Orquesta y Coro …. Wiener Staatsoper
Grabado en estudio
Deutsche Grammophon

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por este resumen bastante completo. Me ha sido de gran ayuda para una investigación que estoy haciendo relacionada con esta ópera.

Anónimo dijo...

Gracias por el resumen. Dentro de poco ire por primera vez a la opera, concretamente a ver Faust y gracias a este post podré disfrutarla mas.